Ayer estuve en El Tablero, el programa de actualidad política dirigido por la gran Laura Arroyo. Tuve el placer de compartir mesa con Mercedes Merino (Sindicalista), Pablo Fernández (Podemos) y Álvaro López (Periodista). En el programa también colaboraron Pao Aragón (La Frívola), Olga Rodríguez (Periodista Internacional), José Antonio Pallín (Ex Magistrado), Pelayo (Grupo Sofitu a las 6 de la Suiza) y Alejandro López (Descifrando la guerra).
Ayer tratamos diversos temas, desde las reacciones del PP al aval del Constitucional a la Ley de Amnistía a la situación de Las 6 de la Suiza, injustamente condenadas por ejercer sus derechos sindicales -tienen todo mi apoyo-. Pero, sin duda, el tema central fue la relación del Gobierno y del PSOE con Israel y el comercio de armas. Pedro Sánchez, de manera lacrimógena, inauguraba recientemente un hospital en Melilla lamentándose por los hospitales devastados en Gaza. Se adhería a las palabras del flamante Papa del Vaticano, pidiendo decencia y el fin de la guerra -en realidad, un genocidio-. Sin embargo, y pese a que ayer trascendiera a prensa la revocación de una licencia para la fabricación de misiles SPIKE con Israel, no sabemos cuántos contratos siguen estando vigentes entre España e Israel. Olga Rodríguez y el Centre Dèlas han apuntado que en el último Plan de Defensa, presentado el pasado 22 de abril, se mantenía un contrato firmado con la empresa israelí Rafael Advanced Defence Systems. El contrato fue firmado en 2024 (con más de 30.000 muertos en Gaza) y tiene duración hasta 2027. Hablamos contrato para importar tecnología POD (mejora de precisión para bombas y misiles) por más de 200 millones de euros. Por un lado, mensajes lacrimógenos, por el otro, contratos que aún están vigentes y alimentan un genocidio en curso en Palestina. Hipocresía y cinismo. No nos enteraríamos de esta situación sin la investigación de valiosos y valiosas periodistas que están haciendo un trabajo encomiable.
Por otro lado, se ha admitido a trámite una ley para el embargo de armas a Israel a instancias de la izquierda. La verdad es que Pedro Sánchez podría decretar el embargo en un Consejo de Ministros de manera urgente e inmediata -cosa que no ha hecho-. Todo ello hace pensar en una estrategia dilatoria, en una negociación que descafeinará la ley presentada y en un lapso de tiempo en el que morirán miles de personas más. Sigamos saliendo a la calle, porque si algo se ha demostrado en estos últimos meses es que a fuerza de presión, de manifestaciones y de lucha en la calle, se pueden mover las cosas.
Os dejo un corte sobre la cuestión:
Aquí podéis ver el programa completo:





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