Y el África gigantescamente reptando hasta el pie
hispánico de Europa, con su desnudez donde la Muerte
siega a grandes hozadas.

Aimé Césaire, Cuaderno de retorno al país natal

Son líneas
sobre los mapas
que parten la carne
y desgarran feroces
espaldas, brazos, torsos
negros, oscuros
a dentelladas de acero templado

impasibles
anuncian la muerte
brillando como arpones
bajo el sol del estrecho
un monumento a la barbarie
incapaz de contener
la vida que late tras la valla

el mar es una tumba
y la tierra está teñida de sangre
cuerpos amontonados
los unos sobre otros
bajo la mirada inerte
de una civilización enferma
hasta los tuétanos

cifras y números
para alambrar el alma
y ocultar bajo vanas palabras
los rostros, las voces, el sudor
y el éxodo de angustia y esperanza
que escala hasta llegar al borde
donde se juega el todo

miras con ojos atentos
el horror de las escenas
tratando de descifrar una fortuna
que tu piel desconoce
tal vez lloras y la rabia te inunda
o apartas los ojos
y huyes

da igual
los muertos seguirán ahí
Ibrahim Keita, Armand Debordo, Dauda Dakole,
Jeannot Flame, Joseph Blaise, Larios Fotio,
Nane Roger Chimi, Ouman Ken¬zo, Oumar Ben,
Samba Baye, Yves Martin y Youssouf
como espectros en la conciencia de Europa

en el Tarajal
en la fosa del estrecho
en las calles de todas las ciudades
encerrados tras los muros del CIE
Samba Martine, Idrissa Diallo
como un golpe seco
sobre el espinazo ya quebrado

siglos de expolio
y de vergüenza
de desposesión y esclavitud
en aras de un progreso envenenado
forjado por invasiones y saqueos
que sigue construyendo muros
para no enfrentar su sórdida verdad

la Europa blanca se mira en el espejo
y no ve nada más que su figura
pulcra e impoluta, altiva
mientras dibuja sus fronteras sobre el papel
para mantenerse a salvo
de sí misma
Europa

¿Pero por cuánto tiempo Europa
por cuánto tiempo
y cuántos muertos más necesita
el vientre insaciable de tu espanto?

No siempre podrás conjurar la rabia y el futuro
del mundo nuevo que quiere nacer
y avanza por tus costas.

Mario Espinoza Pino