[Este texto, firmado por Carolina Meloni y por mí, abre el Plural del nº 195 de la Revista Viento Sur, proponiendo un diálogo entre marxismo, feminismo y decolonialidad. En próximas entregas la Revista irá liberando los escritos de lxs autorxs participantes]
En las ruinas del presente, se trata de descubrir y experimentar colectivamente prácticas populares de humanización y desvulnerabilización (podemos pensar en las teorías feministas negras, africanas y autóctonas, especialmente las que tratan sobre el cuidado, la solidaridad y el medioambiente, pensar en prácticas y discursos de esperanza, de utopías allí donde se producen sublevaciones reales). No tenemos un “otra parte” que esté completamente a salvo de la violencia sistémica, pero tenemos una cartografía de las fallas, de los intersticios, de los espacios apenas vigilados, opacos, donde se pueden desplegar prácticas que no se basen en el cálculo y el valor mercantil.
Françoise Vergès, Una teoría feminista de la violencia
El auge de la extrema derecha y el rumbo belicista que ha tomado el presente –sacudido por la guerra de Ucrania y el genocidio sionista contra el pueblo palestino– han generado un horizonte global cada vez más abigarrado y complejo. Un horizonte volátil que urge descifrar desde una mirada múltiple y diversa, capaz de dar cuenta de la textura de un tiempo y una época caracterizados por un recrudecimiento del imperialismo y del neoliberalismo en su faceta más autoritaria y cruel. Nos encontramos ante una nueva fase neoextractivista del capital, en la que la mal llamada transición ecológica del Norte global está realizándose a costa de los recursos de los pueblos del sur –despojo de tierras, extracción de materias primas, represión de poblaciones originarias y miseria–. Mientras tanto, en Europa asistimos a un acelerado retorno de los fantasmas del viejo fascismo, espectros que se materializan en un repliegue nacional y chovinista de la esfera política, cuyas consecuencias son un reforzamiento del racismo estructural, así como la proliferación de discursos ultraconservadores en materia de género y diversidad sexual.
Ante un contexto semejante, en el que la explotación, el racismo y el patriarcado se dan la mano de un modo molecular y cotidiano, conviene mantener una perspectiva lo más amplia y crítica posible sobre lo que está aconteciendo. Por ello, creemos que establecer un diálogo entre el marxismo, el feminismo y el pensamiento decolonial puede servirnos como una encrucijada estratégica –un enclave mestizo– que nos permita comprender mejor los conflictos que estamos atravesando y nos atraviesan. De manera que a través del entrelazamiento, tensión y dialéctica entre estos enfoques y tradiciones podamos esbozar, de manera coral, líneas de intervención política para transformar el presente. ¿Cómo enfrentar de manera más efectiva las diversas opresiones que el capitalismo le impone a nuestras vidas? ¿Cómo pensar la interseccionalidad de manera práctica, antagónica y situada? ¿Qué subjetividades o qué figura subjetiva podemos imaginar a partir de la diversidad que recorre nuestra época? ¿Cómo subvertir las líneas de fuerza coloniales y eurocéntricas que atraviesan las tradiciones emancipatorias en el norte y el sur? ¿Cómo viabilizar un proyecto anticapitalista a partir de estas encrucijadas? En cierto sentido, se trataría de pensar cómo establecer líneas de fractura y lucha de clases frente al capitalismo racial y patriarcal que nos asedia.
Son estas algunas de las cuestiones que nos urge pensar y a las que hemos invitado a debatir de manera colectiva a diversas autoras y autores. Creemos que la manera de afrontar una coyuntura tan crítica como la que experimentamos solo puede venir de una mirada común y abierta desde diversas genealogías, saberes, horizontes y geografías. Solo si somos capaces de crear un debate y un conocimiento colectivos a la altura de la época podremos responder a las contradicciones, problemas y enigmas que nos plantea un momento tan complejo como el que atravesamos. En esta línea, abre este Plural el texto de Salma Am(a)zian “De norte a sur, de este a oeste, las tierras robadas serán recuperadas cueste lo que cueste”, en el que se reflexiona sobre el concepto de territorio-cuerpo desde las luchas feministas del norte de Marruecos. Para Ama(a)zian urge poner sobre la mesa la desposesión territorial que han sufrido a lo largo de la historia los pueblos colonizados, así como visibilizar las resistencias a este modelo colonial-extractivista. Asimismo, la autora confronta las tesis racistas del feminismo blanco hegemónico en torno a la islamofobia y a la creación de un imaginario violento que atravesaría la representación ideológica del hombre musulmán. Desmantelar las condiciones materiales y simbólicas de estos entramados de muerte es para Am(a)zian la tarea más urgente de los feminismos decoloniales.
En el texto “Fanon, Shariati y el islam como fuerza revolucionaria”, Helios F. Garcés reivindica la figura del psiquiatra, marxista y revolucionario anticolonial Frantz Fanon como un puente intelectual y político hacia una tradición de lucha revolucionaria habitualmente silenciada: aquella que tiene lugar en el seno del islam. A través del pensamiento del sociólogo iraní Ali Shariati, que mantuvo un profundo diálogo con Fanon, el autor nos muestra dos imágenes de la religión contrapuestas: la religión del statu quo, aquella que cimenta formas de poder despótico y produce alienación en los creyentes, y una visión de la religión liberadora, crítica e instituyente, próxima a la praxis profética. Helios F. Garcés nos invita así a la reconstrucción de una genealogía espiritual y revolucionaria que llega hasta la resistencia Palestina, tradición plural que no ha dejado de denunciar y enfrentarse a las desigualdades estructurales del proyecto capitalista imperialista y colonial que sacude el presente.
Desde Italia, Sandro Mezzadra retoma en el texto “Identidad, interseccionalidad y el enigma de la clase” los acalorados debates que tuvieron lugar entre un marxismo de corte economicista, centrado en la explotación, y la teoría de las opresiones múltiples que inician los feminismos negros. Mezzadra apela a la genealogía del concepto de interseccionalidad tal y cómo fue entendido desde diversos feminismos para los cuales dicho concepto permitía abordar el poder desde sus múltiples perspectivas –sin obviar la cuestión de clase–. Más allá de la interpretación jurídica de la interseccionalidad, Mezzadra retoma la idea de Angela Davis sobre la “interseccionalidad de las luchas” como posibilidad de articulación de un sujeto político plural y diverso. De este modo, su propuesta rompe con una idea simplista de las políticas identitarias y nos permite visualizar un futuro de luchas heterogéneas y antagonistas frente a un capitalismo patriarcal, racista y explotador.
Para finalizar la serie de artículos, la filósofa mexicana Sayak Valencia nos propone un texto sobre las “Gramáticas de las resistencias (trans)feministas: las militancias alegres y no esencialistas”. En un contexto global que Valencia define como postdemocrático, en el cual asistimos a un “siniestro interminable”, a un asedio cruel y necropolítico sobre los cuerpos feminizados, precarizados, cuerpos queer, disidentes y no normativos, la autora no deja de preguntarse sobre la posibilidad de re-encantar el espacio político desde militancias otras. La respuesta le encuentra en las luchas feministas, transfeministas, antirracistas, anticoloniales y antiespecistas. Para Valencia “el espíritu de nuestra época lo brindan las alianzas diversas de aquello que Gago denominó la potencia feminista”.
Desde Argentina, Luci Cavallero y Verónica Gago nos envían la pregunta “¿Qué hacemos?” y nos proponen unas “tesis sobre la praxis política feminista en el laboratorio argentino de la ultraderecha”. Con la coyuntura política que atraviesa el país austral de fondo, marcada por el ascenso al poder de Javier Milei, las autoras analizan en profundidad y desde varias perspectivas, las consecuencias sociales, económicas y culturales que está suponiendo un gobierno ultraliberal que evoca y practica la crueldad más absoluta –sin temer referenciarse en la dictadura–. Sin embargo, el análisis de Cavallero y Gago va más allá del contexto argentino, dándonos herramientas para abordar la reacción colonial-patriarcal de esta nueva fase del capitalismo caracterizada por una “guerra total”.
Este Plural se cierra con una entrevista de Paula Serna e Ira Hybris a la académica y activista Jasbir K. Puar tras su paso por el Estado español. La posibilidad de un marxismo queer como herramienta crítica y política para enfrentar eso que Puar denomina como “homonacionalismo”, es uno de los ejes fundamentales de esta conversación junto a la visibilización de las luchas queer y transfeministas en Palestina.
Esperamos que las discusiones que atraviesan estos textos ayuden a construir una mirada crítica capaz de hacerse cargo de la complejidad de la coyuntura actual, pues nos hallamos en un momento que requiere de una mirada renovada en lo teórico y generosa en lo político, más allá de cualquier marco eurocéntrico. Por un lado, necesitamos de un análisis crítico que permita desarrollar una mirada más integradora, algo que puede lograrse movilizando conceptualmente una “interseccionalidad antagónica” que nos permita comprender la explotación, el racismo y las opresiones patriarcales en su simultaneidad y conflictividad. Por otro lado, debemos esforzarnos en tender puentes entre la diversidad de sujetos que se enfrentan a la violencia del presente, construyendo desde los diferentes espacios de militancia hacia horizontes de convergencia y lucha que desborden el capitalismo racial, colonial y patriarcal que sacude el mundo.
Pero ¿cómo constituir ese sujeto diverso y antagonista? ¿Cómo alumbrar espacios mestizos de lucha y acción colectiva? ¿Y cómo hacerlo de manera honesta, sin atajos teóricos ni políticos? Partiendo de lo abigarrado de nuestra actualidad, marcada por el genocidio en Palestina y una renovación del trumpismo ¿cómo hacer fértil la diferencia y cómo estrechar alianzas entre las luchas del norte y el sur globales? ¿Cómo hacerlo también en el interior de nuestras ciudades –con sus centros, sus periferias y espacios de exclusión–? Si la generosidad es una de las palabras claves para este momento y para las tareas que tenemos por delante, la otra debe serlo la capacidad estratégica.
Los textos que dan vida a este Plural nos ofrecen pistas, huellas e itinerarios posibles para leer el presente con rigor y compromiso, tanto desde el Estado español como desde diferentes latitudes del mundo: Argentina, México, el norte de Marruecos, Italia, Estados Unidos. Al mismo tiempo, estos artículos nos invitan –con vigor y urgencia crítica– a ponernos en movimiento. Creemos que debemos considerarlos como el comienzo de una larga conversación, un diálogo (¿interseccional?, ¿entreverado o entramado?) que en realidad ya ha comenzado y debe continuar, ampliándose y convirtiéndose en un espacio de encuentro y discusión cada vez más plural (esa es nuestra esperanza). Sea como fuere, lo cierto es que afrontar el claroscuro de terrores en que se ha convertido el presente requiere de toda la inteligencia colectiva, de toda la solidaridad, capacidad de diálogo, construcción, lucha y afecto de los que seamos capaces. Nos jugamos un mundo.
Carolina Meloni y Mario Espinoza Pino





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