Un fanstasma recorre Europa…
K. Marx y F. Engels
A veces luchar contra los fantasmas
y los rincones oscuros
que habitan
en uno
resulta bastante simple.
Tararea tu canción de incertidumbre
abre la ventana, saluda a la ciudad
respira su bondad y su miseria
haz de ellas tu propio aliento
no es suficiente
mira hacia abajo
siente el vértigo que sacude las aceras
los rostros febriles
el frío colosal que devora
poco a poco las miradas
desde dentro
no dejas de tener suerte
baja, camina
fúndete con sus pasos
con sus cicatrices
y estandartes de soledad prefabricada
observa de cerca sus grietas, tócalas
ahora querrías incendiar las calles
los sueños y los charcos
con un grito tan grande
y certero como un pueblo
¿Pero qué pueblo?
Ese lugar que falta y nos reclama
entre el sordo mazazo de la angustia
y un lejano tañido de esperanza
Y dime ¿Dónde están ahora tus pequeños fantasmas?
¿Le importarán acaso
a los inventores de jerarquías
a los que pintan el mundo de blanco
a los que acaparan el pan y las palabras
a quienes hostigan sin piedad
y reparten su plato cotidiano de violencia?
Probablemente no.
Así que la cosa es simple:
llama a los tuyos
convoca a tu pueblo
inventa una ceremonia
quema sus símbolos
unge tu rabia en la ceniza
pinta tu rostro
y mide bien los pasos
entre la danza y la estrategia.
Conviértete en su espectro.
Mario Espinoza Pino
* Pintura «Ciudad al atardecer» de Marco Ortolán
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